EL LIBRO DE LOS PERFUMES

El pasado jueves, como casi todos los jueves, y con la perfecta excusa de la literatura, me fui a la tertulia literaria que suelo frecuentar. Lugar decadente donde quedamos unos cuantos para beber alcohol, hablar de mujeres, política, música, y escuhar a algún rapsoda ripioso y trasnochado.

Y era uno de Lepe (Huelva) el que ocupaba el solio literario en esta ocasión, mi amigo Santiago Aguaded Landero. Santiago es tan bruto como para decir textualmente: "que los hexámetros de Homero tienen más fuerza que toda la ciencia" y que él sabe lo que dice, porque para eso es licenciado en biología.

Santiago es el poeta del ímpetu (le llamo yo), suficiente de recursos con la palabra, dinámico y vivaz, inviiste a su obra de un halo de erudición que no la hace distante o fria. Lo escuché, y lo peor fue los 10 euros que me limpió por su nuevo poemario: "El libro de los perfumes". Cada nuevo trabajo de Santiago consigue una mayor solidez compositiva y seguridad, sin prescindir de aquella sensibilidad conmovedora y comprometedora que siempre gravitó sobre sus versos.

En realidad le compré el libreto por un poema que le recitó una preciosa rapsoda, llamada Pilar, que se había buscado para no martirizarnos con su horrorosa vocalización. Aquí os dejo:

ESENCIA DE OLALLA

SI FUERAS flor, sería el zueco de Venus*.
Enorme, decidiste escalar la enredadera del miedo hasta el
nivel más montano. ¿Estabas tú entre el pálido jazmín y
el poderoso pino? Habilitados tus ojos con el temblor amarillo
de la luz, dos lunas llenas palpitaban, perdidas, entre poetas
y ecologistas. LLenaste de voces la perdición, la sobredosis
de carencias. En este mundo estrecho, sólo un objeto inasible
y mágico me sonríe: tu voz soprano deteniendo el tiempo.Me
dijistes que parecía un Baudelaire italiano y no pude más que
plajiar su poema: "un viejo de vuelta de todo, on su cortejo
demoníaco de recuerdos, de insomnios, de miedos, de angustias
y de neurosis". Hubo instantes perseguidos, en los que tuve
la intuición, de que a la intemperie de Moguer, pudera merecer
todos los eclipses de tu boca.
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* Se trata de una orquídea pirenaica y alpina del nivel montano
denominada "le sabot de Venus" cuya belleza es inigualable.
Cada flor posee 3 sépalos y 3 pétalos. Los sépalos pueden ser
de color rojo marrón. Los dos sépalos laterales y un pétalo se
sueldan formando un labelo, mientras que el sépalo central
se extiende verticalmente de forma opuesta. Dos pétalos
bastantes estechos se disponen a lado de los sépalos y lo
rodean formando un zueco amarrillo.